lunes, 22 de octubre de 2018

Ella

ELLA ELLA trabajaba en un centro comercial- cajera-. Su horario era de tres a diez de la noche, ya que por las mañanas estudiaba la prepa abierta cerca de su casa. Vivía en una colonia humilde como las hay en todos lados; callejones oscuros aquí, calles sin pavimentar allá como en casi todos lados. Su recorrido diario era el siguiente: después de levantarse a las 5: 30 acomodar sus útiles, desayunar y bañarse, salía a la escuela. Tomaba su camino en dirección a la avenida; que es por donde pasa el autobús que la deja en la prepa. Ese camino le daba miedo. Por las mañanas no había tanto problema, ya que el ajetreo de todas las personas que acudían a sus trabajos y escuelas hacia que los lugares por donde ella pasaba fueran un poco más seguros. Al salir de su casa tomaba una calle larga y angosta con solo 2 faroles para iluminar, pero ahí no acababa, tenia que doblar en algún punto de la calle y tomar un callejón sucio y solitario. Esta era la única forma de no caminar tanto para tomar el autobús- un atajo- y, aunque le daba miedo, ella misma se encargaba de hacerlo desaparecer diciendo para si, que si hubiera un problema, Ella sabría defenderse. Llegada la hora salía de la preparatoria y se dirigía a su trabajo y, al salir de este, tomaba el ultimo autobús a su casa y de nuevo a atravesar el mismo camino pero ahora, en sentido contrario y a mitad de la noche. Asì era siempre para ella. Un día regresaba de la prepa, había salido temprano y era su día de descanso en el trabajo, “ Que suerte” pensó, “Podré ir al cine con mis amigas", llego a su casa, llamó a sus amigas concertó una hora, se alisto y salio. Se dirigía a tomar un camión- por el atajo, como siempre- pero esta vez la calle estaba desierta. Oyó pasos a lo lejos pero no le dio importancia, hacia mucho que no pasaba por ahí a esas horas, estaba desacostumbrada al movimiento de esa calle y por lo tanto, le parecía normal. Los pasos se acercaban más mientras Ella estaba a punto de tomar el callejón que la llevaría a la parada del autobús. Ella tenía miedo. Al entrar al callejón sintió un empujón, al principio pensó que tratarían de quitarle la mochila. Pronto se dio cuenta que no seria así. El piso era frío y duro, le lastimaba la espalda y el peso de El también, Se rompió la falda y los gritos de hundieron en la estrechez del callejón. Los ladrillos y la basura fueron testigos de lo indecible. El cumplió su fechoría y se alejo corriendo, Ella, adolorida, llorando, violada, no fue al cine pero llego a su casa pasado la media noche.Decidió no denunciar el hecho, tenia miedo de lo que dirían de ella los vecinos al enterarse de su tragedia- seguramente la tacharían de fácil y provocativa en su forma de vestir, lo cual justificaría la violación- . Aparte, había oído que en los juicios de violación se careaba a la víctima con el acusado. ! Que humillación! Meses después su prueba de embarazo salió positiva, Ella quería abortar; ¿Como era posible que fuera a parir al hijo de un violador? Su padre dijo que no lo pagaría, que estaba loca, que era su culpa. Su madre; que era pecado abortar, que aunque no era fruto del amor era una criatura de Dios. ¡¿Una criatura de Dios el hijo de un demonio?! Después de un tiempo el niño nació y lo dio en adopción, Ella trataría de olvidar. Y el demonio sigue engendrando hijos a placer.

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